martes, 21 de septiembre de 2010

Sumo, un deporte con mucho peso


Sólo 3 veces al año se puede ver sumo en Tokyo en el estadio Kokugikan. Y ahora es uno de esos momentos: del 12 al 26 de septiembre, se está celebrando el torneo de otoño.






A mí, en general, no me gustan los deportes de contacto, pero tenía curiosidad por el sumo. Lo había visto en la tele (cada día lo retransmiten en directo) y ya me había llamado bastante la atención, pero he ido al estadio y ha sido un flechazo. A partir de ahora soy fan del sumo. 

Japón es el único país en el que se practica profesionalmente, pero no todos los luchadores son japoneses. De hecho hay muchos extranjeros, sobretodo de Mongolia y Corea. Pero también algunos Europeos, como el búlgaro Kotooshu, uno de los mejores luchadores y de los más conocidos. Era a uno de los que más aplaudían. En el estadio la gente estaba entregadísima, gritando los nombres de sus ídolos, los luchadores de sumo son auténticas estrellas. A pesar de eso, algunos aun tienen que coger el metro como el resto de los mortales.



El sumo no es sólo un deporte, hay muchas más cosas que dos tíos gordos empujándose. Es parte de la tradición y la cultura japonesa, y está ligado a conceptos religiosos, por eso tiene un componente espiritual muy importante.
Antes de empezar cada combate hay una serie de rituales relacionados con la purificación que cada luchador tiene que hacer, esto es lo que lleva más tiempo, después el combate en sí dura pocos segundos, hasta que el primero cae o sale del círculo. Ser un gran aficionado o periodista tiene sus riesgos: mas de un luchador ha salido volando del ring y ha caído encima de los de la primera fila. Ha habido un momento en que uno se ha caido con tanta fuerza encima de un fotógrafo, que han ido a recogerle del suelo, no al luchador sino al fotógrafo. ¿Cobrarán un plus de peligrosidad por eso?



Durante el torneo hay diferentes ceremonias, por ejemplo:
La ceremonia de entrada, en la que se presenta a los  "rikishi" (luchadores) mientras suben al ring con sus trajes ceremoniales: una especie de delantal, un poco ridículo porque solo les tapa por delante. Forman un circulo, se miran entre ellos y hacen un saludo.




La danza del "yokozuna" (el más alto rango en sumo), el momento en que la gente más aplaude y grita a su ídolo.




Y para cerrar el día la danza del arco, en la que el luchador levanta una pierna todo lo que puede aguantando el equilibrio con la otra, cosa nada fácil para alguien que pesa unos 200kg.



La final es el domingo, toda la tarde pegada a la tele, no me la pienso perder.

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